El 28 de agosto del presente año, el auditorio de la Universidad La Salle de Cd. Obregón se vistió de gala al ofrecernos un sensacional espectáculo, al tenor Luís María Bilbao, una voz excepcional que nos brindó un repertorio mexicano el cual tituló “México Eterno”.
Se corrió el telón y observé un escenario sencillo pero agradable, balance de elementos logrados con un piano blanco de media cola situado de perfil, un sillón junto a una mesa con un jarrón y ramas color marrón, un gran macetero con palmas y helechos naturales, de frente un atril con letras y partituras para finalmente lograr, mediante los licos, la iluminación general. Armonía perfecta con el género musical que esperábamos disfrutar.
Al entrar el virtuoso pianista, Jorge Goldblatt al escenario, observé que no vestía de frack, o algo formal, detalle que me sorprendió porque a los conciertos que he asistido, de este género, la vestimenta es muy formal, enseguida recibimos entre aplausos y vivas al tenor Luís María Bilbao vistiendo pantalón y saco sport. De momento no comprendía porque así, y mi asombro fue incrementándose cuando descubro que no se inicia con un repertorio de arias italianas o canciones clásicas (forma como éste tipo de conciertos se suelen abrir para después continuar con la música popular), pero ahí estaba el tenor, dándolo todo, talento, simpatía, voz maravillosa e impresionante registro de pecho, respiración toráxica, modulación, dulces y excepcionales matices, dejando ver muy claramente sus cualidades y técnicas vocales, aunado todo esto a su maravillosa expresividad, fuerza y emoción interpretativa que le da un sentimiento único a su voz y a su persona, y así fue dándole vida a canciones como: Caminante del Mayab de Guty Cárdenas, Peregrina de Ricardo Palmerín, Borrachita de Tata Nacho, etc. el público le agradecíamos con una inmensa lluvia de aplausos y esperando con emoción el siguiente regalo musical.
Después del intermedio, Luís María Bilbao se dirigió al público y nos comentó acerca de la campaña que está organizando, la de rescatar las canciones mexicanas, aquellas de grandes autores y que por situaciones inexplicabas se están quedando en el olvido: “es una verdadera pena que estas canciones se estén perdiendo, son todo un tesoro muy prodigioso que México ha dado en autores como Agustín Lara, Armando Manzanero, entre otros, nos han regalado estupendas canciones que no merecen quedar en el olvido”; explicó su preocupación sobre la invasión de “música” cargada de violencia, antivalores y sin fundamentos musicales, continuó diciéndonos que está en coordinación con INBA (Instituto Nacional de Bellas Artes), en esta campaña y nos pidió que quienes quisiéramos unirnos a ella lo manifestáramos firmando el programa que se nos entregó a la entrada del recinto, él las entregará a la institución como testimonio de la petición que demanda y apoya dicho proyecto. En ese espacio comprendí y di respuestas a mis interrogantes del inicio, un protocolo diferente, sencillo y casual, un acercamiento de corazón hacia su público.
Continuó con la segunda parte del concierto ofreciéndole a nuestros oídos un fenomenal deleite con canciones como: “Contigo aprendí” de Armando Manzanero, “Como han pasado los años” de H. Dávila, “La barca de Guaymas”, entre otra más. Y como todo lo que inicia tiene un fin pues éste llegó, el concierto cerraba con la bellísima “Granada” de Agustín Lara. Una vez que dio su última nota musical los asistentes no quisimos dejarlo ir, le brindamos nuestro reconocimiento al ponernos de pie con interminables aplausos, Luís María, con su muy característica amabilidad y simpatía, nos pregunto cuál otra canción queríamos y fue así como canta “Júrame”, de María Greever, preciosa interpretación.
Al finalizar el concierto fuimos muchas las personas que apoyamos dicha iniciativa, la del rescate de nuestras canciones mexicanas, y tuvimos el gusto de saludarle personalmente para entregarle nuestros programas; éste detalle nos dio la oportunidad de entablar una bella comunicación. En hora buena Luís María, increíble que un talento extranjero valore de tal manera nuestro acervo musical dándose a la tarea de trabajar en pro de ello. Nos prometió que volverá con un concierto de cámara incluyendo a una soprano y un barítono, “no lo costeará ULSA lo haremos a través de INBA”, expresó, solo solicita el espacio porque quiere darnos, mediante estos talentosos artistas, lo que él mas ama, el canto.
Se corrió el telón y observé un escenario sencillo pero agradable, balance de elementos logrados con un piano blanco de media cola situado de perfil, un sillón junto a una mesa con un jarrón y ramas color marrón, un gran macetero con palmas y helechos naturales, de frente un atril con letras y partituras para finalmente lograr, mediante los licos, la iluminación general. Armonía perfecta con el género musical que esperábamos disfrutar.
Al entrar el virtuoso pianista, Jorge Goldblatt al escenario, observé que no vestía de frack, o algo formal, detalle que me sorprendió porque a los conciertos que he asistido, de este género, la vestimenta es muy formal, enseguida recibimos entre aplausos y vivas al tenor Luís María Bilbao vistiendo pantalón y saco sport. De momento no comprendía porque así, y mi asombro fue incrementándose cuando descubro que no se inicia con un repertorio de arias italianas o canciones clásicas (forma como éste tipo de conciertos se suelen abrir para después continuar con la música popular), pero ahí estaba el tenor, dándolo todo, talento, simpatía, voz maravillosa e impresionante registro de pecho, respiración toráxica, modulación, dulces y excepcionales matices, dejando ver muy claramente sus cualidades y técnicas vocales, aunado todo esto a su maravillosa expresividad, fuerza y emoción interpretativa que le da un sentimiento único a su voz y a su persona, y así fue dándole vida a canciones como: Caminante del Mayab de Guty Cárdenas, Peregrina de Ricardo Palmerín, Borrachita de Tata Nacho, etc. el público le agradecíamos con una inmensa lluvia de aplausos y esperando con emoción el siguiente regalo musical.
Después del intermedio, Luís María Bilbao se dirigió al público y nos comentó acerca de la campaña que está organizando, la de rescatar las canciones mexicanas, aquellas de grandes autores y que por situaciones inexplicabas se están quedando en el olvido: “es una verdadera pena que estas canciones se estén perdiendo, son todo un tesoro muy prodigioso que México ha dado en autores como Agustín Lara, Armando Manzanero, entre otros, nos han regalado estupendas canciones que no merecen quedar en el olvido”; explicó su preocupación sobre la invasión de “música” cargada de violencia, antivalores y sin fundamentos musicales, continuó diciéndonos que está en coordinación con INBA (Instituto Nacional de Bellas Artes), en esta campaña y nos pidió que quienes quisiéramos unirnos a ella lo manifestáramos firmando el programa que se nos entregó a la entrada del recinto, él las entregará a la institución como testimonio de la petición que demanda y apoya dicho proyecto. En ese espacio comprendí y di respuestas a mis interrogantes del inicio, un protocolo diferente, sencillo y casual, un acercamiento de corazón hacia su público.
Continuó con la segunda parte del concierto ofreciéndole a nuestros oídos un fenomenal deleite con canciones como: “Contigo aprendí” de Armando Manzanero, “Como han pasado los años” de H. Dávila, “La barca de Guaymas”, entre otra más. Y como todo lo que inicia tiene un fin pues éste llegó, el concierto cerraba con la bellísima “Granada” de Agustín Lara. Una vez que dio su última nota musical los asistentes no quisimos dejarlo ir, le brindamos nuestro reconocimiento al ponernos de pie con interminables aplausos, Luís María, con su muy característica amabilidad y simpatía, nos pregunto cuál otra canción queríamos y fue así como canta “Júrame”, de María Greever, preciosa interpretación.
Al finalizar el concierto fuimos muchas las personas que apoyamos dicha iniciativa, la del rescate de nuestras canciones mexicanas, y tuvimos el gusto de saludarle personalmente para entregarle nuestros programas; éste detalle nos dio la oportunidad de entablar una bella comunicación. En hora buena Luís María, increíble que un talento extranjero valore de tal manera nuestro acervo musical dándose a la tarea de trabajar en pro de ello. Nos prometió que volverá con un concierto de cámara incluyendo a una soprano y un barítono, “no lo costeará ULSA lo haremos a través de INBA”, expresó, solo solicita el espacio porque quiere darnos, mediante estos talentosos artistas, lo que él mas ama, el canto.
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